jueves, 11 de octubre de 2012

Libros en llamas, miles de ejemplares “prohibidos” de la Librería Europa han sido destruidos.


Como se puede comprobar en la sentencia abajo publicada, la Inquisición política de este país llamado España no ha desaparecido. Pedro Varela pagó con su encarcelamiento la libertad de expresión y de edición que defendía y defiende a pesar de las continuas presiones que sufre para cerrar su librería y, no contentos con ese injusto castigo, y al cabo de siete meses de su puesta en libertad, la “justicia” dá a conocer el destino de los objetos y libros secuestrados en este auto con fecha del 14 de septiembre de 2012.

Objetos históricos y de coleccionista como un busto de Hitler, una svástica de hierro, cascos de guerra y carteles nacionalsocialistas han sido destruidos. Todos los ejemplares de los libros secuestrados en su día han sido arrojados a la hoguera.

Una sensación de tristeza nos invade al pensar que en esos libros ardiendo en una pira, nos revuelve las tripas el desprecio por los pensamientos ajenos vertidos en sus páginas. Ideas, sentimientos y reflexiones destruidas de un plumazo por una pseudo-justicia en manos de un sistema compuesto de imbéciles ignorantes, esclavos de de los amos del dinero.

En Cataluña llamamos “peixet” (mijagas) a lo que devuelven (o se supone devolverán en su día) a la Libreria Europa.  Son objetos que ya no tendrían  porque haber salido de su local, como equipos informáticos, material de oficina y libros que no tenían relación con los  hechos, o mejor dicho: con su versión de los hechos.

Hay, sin embargo; un pequeño detalle: “No se han analizado aún los ordenadores”. Toda una prueba de eficacia, teniendo en cuenta que su contenido podría haber sido vital en el juicio de Pedro Varela.


  












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